Textos, crónicas, su poesía y otros asuntos

Vila-Matas portátil (Un escritor ante la crítica)

In Uncategorized on diciembre 29, 2014 at 7:12 pm

Enrique Vila-Matas1

Personaje de autoficción, el novelista Enrique Vila-Matas se reinventa a diario a través de lo que lee. Escribe desde lo que lee, como le confesó a Juan Villoro. Se hace y le añade a su propia creación “la historia de su estilo”, para seguirle las huellas a la afirmación de Nabokov.

Vila-Matas portátil (Un escritor ante la crítica), Editorial Candaya, Barcelona, España, 2007, es una enciclopedia de lo que han dicho de su obra y más allá de su obra. Arduo trabajo realizado por Margarita Heredia, una curiosa investigadora mexicana, quien se encargó de la compilación, prólogo y edición. Cuenta Heredia que preparaba su tesis de licenciatura sobre el escritor catalán en la Universidad Autónoma de México. Para hacerse de materiales bibliográficos acerca del autor, hizo un viaje Madrid y se encerró un rato en la biblioteca de la Universidad Complutense, donde no encontró nada acerca del autor de París no se acaba nunca. Regresó a México y concluyó que más se sabía de Vila-Matas en su país que en el de origen del novelista. Y entonces, arreó. Ante la orfandad de páginas dedicadas a su objeto de estudio, Heredia se dedicó a recoger toda nota que tocara la narrativa del escritor mediterráneo. Así nació Vila-Matas portátil (Un escritor ante la crítica). …(Leer más)

Vila-Matas y su navegación

Él es Vila-Matas, no soy BartlebyReunidos todos los personajes, en la búsqueda permanente de una unidad que al final se desvanece, Enrique Vila-Matas se construye personaje en esta aventura que Juan Martins ha asumido para deshacerse de sus propios fantasmas. No es de extrañar que el autor de este ensayo, un dramaturgo que se ha visto acompañado del relato y de la poesía, entre en el laberinto de una escritura en la que el escritor barcelonés es el centro, el magma que lo hace andar de puntillas sobre la lava de las palabras para alejarse, paradójicamente, de unos personajes que lo han abordado y acosado por varios años.
Vila-Matas es una enfermedad contagiosa. Se añade a la vida de quienes lo leen, porque él mismo, Vila-Matas, es personaje, su propio augurio, y a la vez su propio crítico. En este intento de Martins, el otro del autor catalán se amasa cuerpo en su búsqueda: siempre aspira al desvanecimiento, a la desaparición. Una metáfora de la literatura. Una imagen de quien camina en las sombras y no se tropieza. No obstante, el Enrique Vila-Matas que leemos, no tiene vocación de suicida.
En el mar inquietante de Vila-Matas anda un lector que corre el riesgo de desaparecer durante el viaje. Digo: leo y me borro. Creo que esa es en el fondo la intención de Juan Martins al meterse de lleno en algunas de las obras de este escritor de quien conocemos el gesto de captarnos como cómplices de sus andanzas. Pero más allá de esta certidumbre, Vila-Matas es el narrador de los escritores, de él embutido en su propia sombra: encarnada lectura de su respiración. Narra para no perderse en el abismo de quienes lo acosan desde su imaginario. A veces se llega a creer que el narrador teme a los personajes. Entonces, los reta para alejarlos de él y así poder elaborar la novela, la obra que lo hará visible. (Leer más...).

Alberto Hernández y la clase media en setenta poemas

por Miguel Marcotrigiano

Entre las variopintas clasificaciones en las que se puede organizar a los poetas, hay una que en especial siempre ha captado mi atención: aquella que los divide en dos grupos con características distintivas en lo referente a cómo pueden ser percibidos por la crítica especializada, pero que esta nunca menciona porque definitivamente puede ser considerada ofensiva por estos aedos y por quienes los siguen. Por un lado están aquellos que, pese a ser conocidos por todos debido a su “fama” o a las invitaciones de que son objeto, o a ciertos premios “oficiales” y otros no tanto, o a razones más del azar o la amistad; lo cierto es que de una u otra manera, tenemos años escuchándolos como poetas que son, aunque su trabajo esporádicamente, muy esporádicamente, demuestre una calidad a toda prueba (lingüística, formal o en originalidad, por lo menos).  Los otros que completan esta división, son poetas igualmente reconocidos como tal, digamos, por sus años de ejercicio, y que, a pesar de que la crítica y el público lector de poesía en general reconozcan la calidad de sus libros, , permanecen en una suerte de anonimato debido a distintas razones…

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